La historia del teatro latinoamericano se divide en 3 periodos:
1. Periodo prehispánico
* Los pueblos originarios de América tenían sus propios rituales.
* Ceremonias que incluían bailes, cantos, poesías, canciones,
escenificaciones teatrales, mimos, acrobacias y espectáculos de magia.
* Se crearon plataformas para mejorar la visibilidad.
* Los escenarios eran decorados con objetos naturales.
* Carácter ritual, eran formas de comunión que se celebraban durante las
festividades religiosas.
* Consistían en diálogos entre personajes, algunos de origen divino y
otros representantes del plano humano.
* Algunos divertimentos servían para resaltar la interpretación cómica,
particularmente los zoomorfismos.
* El mundo prehispánico en general poseía un espíritu profundamente
teatral.
* Ejemplo: Texto dramático maya, descubierto en 1850, el Rabinal Achí, que narra el combate de dos guerreros legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial (ninguna influencia de origen europeo).
* Ejemplo: Texto dramático maya, descubierto en 1850, el Rabinal Achí, que narra el combate de dos guerreros legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial (ninguna influencia de origen europeo).
2. Período colonial
* Los europeos utilizaron esta herencia teatral para su misión evangelizadora.
* Los misioneros usaron ampliamente el teatro para propagar la doctrina
cristiana a la población indígena.
* Fueron como los indígenas entraron en contacto con lo
divino.
* Los españoles usaron obras teatrales para cristianizar y colonizar a
los pueblos indígenas americanos.
* El teatro era una herramienta potente como manipuladora de una
población ya acostumbrada al espectáculo, por lo que el teatro colonial se
convirtió en un elemento del poder político en América.
3. Periodo poscolonial
El teatro latinoamericano
puede ser dividido en los siguientes períodos:
1959-1968: las estructuras
dramatúrgicas de proyectos sociales tienden más hacia la construcción de una
base latinoamericana más nativa denominada “Nuestra América”.
1968-1974: El teatro intenta
obtener una definición más homogénea con modelos europeos. En este período, el
teatro latinoamericano pretendió conectar con sus raíces históricas.
1974-1984: Continúa una
búsqueda de expresión arraigada en la historia de América Latina.
Actualmente, se celebra en
Argentina el Encuentro Latinoamericano de Teatro Independiente (ELTI) donde
participan compañías teatrales de Bogotá, Brasilia, Cuzco, Lima, Santiago de
Chile y Buenos Aires.
Consultado en:
Elementos del teatro
La Obra Dramática
Conflicto:
Una de las
características que define la obra dramática, es que a través de ella siempre
se presenta un conflicto humano, más o menos universal.En las obras dramáticas,
nadie cuenta lo que sucede. En ellas ocurren hechos y se expresan sentimientos.
Pero todo eso se hace a través de los personajes y sus acciones.
La acción:
Constituye la parte más
importante de la obra dramática.
Está ocurriendo algo-y
ese algo está ocurriendo en este preciso momento, que vuelve a ser presente
cada vez que leemos una obra dramática, o que vemos una obra teatral.
Qué está sucediendo; nos
enteramos de ello a través de las acciones de los distintos personajes.La
acción está basada en un conflicto.
Instancias:
Son los distintos
momentos de la acción que se nos representan en una obra dramática.
Los personajes:
Los personajes
constituyen el segundo elemento dentro del mundo dramático.
Son seres creados por el
dramaturgo, que cobran vida en la ficción de la obra. Ellos dicen su parlamento
y, a través de sus palabras, nos ayudan a configurar la acción.
El lenguaje:
Dentro de la obra
dramática, existen distintos tipos de lenguaje. En ellas, las palabras se
utilizan con objetivos diferentes.
Todo lo que hasta ahora
hemos nombrado, recibe el nombre de lenguaje acotado o acotaciones.
Todo el lenguaje que se
usa para dar forma a esta conversación, es lo que denominamos parlamento, es
decir, lo que los personajes dicen.
El ambiente: espacio y tiempo.
Espacio: Refiere tanto al
lugar geográfico como al lugar físico en que se sitúa la obra. Los decorados
que están detrás y alrededor de los personajes.
El espacio físico es
particularmente importante para el director.
El Vestuario: es importante proveer a los actores de togas y r
reconocidos. Puede haber teatro sin vestuario, dejar a los actores totalmente
en pelotas suele dar buenos resultados, aunque en ese caso, no se
olvide de encender la calefacción.
Tomado de:
Teatro latinoamericano
Manifestaciones
teatrales de nuestros pueblos y su evolución desde la etapa precolombina hasta
el siglo XX. Mostrando su realidad particular y buscando sus propias técnicas
de expresión.
Introducción:
La existencia de un teatro Prehispánico ha sido
muy discutida, ya que se poseen escasos datos sobre cómo pudieron haber sido
las manifestaciones teatrales de los pueblos Precolombinos, pues la mayor parte
de ellas tenían carácter ritual; por lo tanto, más que espectáculos en sí, eran
formas de comunión que se celebraban durante las festividades religiosas. Las
representaciones rituales precolombinas consistían básicamente en diálogos
entre varios personajes, algunos de origen divino y otros representantes del
plano humano.
Existe, sin embargo, un único texto dramático
Maya, descubierto en 1850, el Rabinal Achí, que narra el combate de dos guerreros
legendarios que se enfrentan a muerte en una batalla ceremonial. Su
representación depende de elementos espectaculares, como el vestuario, la
música, la danza y la expresión corporal, sin ninguna influencia de origen
Europeo. El resto de las tradiciones rituales sobreviven debido al sincretismo
derivado de la fusión de las culturas autóctonas con la europea, con lo cual
muestran hasta hoy un aspecto singular que no corresponde ni al indígena ni al
español. Tal es el caso de las celebraciones religiosas populares mexicanas de
Semana Santa en Iztapalapa y en Taxco o la Celebración del Día de los Muertos.
Los esfuerzos de evangelización de los
misioneros españoles se apoyaron en el teatro, que constituyó el instrumento
básico para formar una mentalidad distinta a la cosmovisión indígena, así como
para informar de la concepción europea. Las representaciones de los autos
sacramentales se apoyaban básicamente en la música, los trajes, los cantos, los
bailes y las pantomimas, que facilitaban la comunicación con un público que aún
no dominaba el Castellano. De este tipo de teatro sobreviven las 'pastorelas',
obras de carácter tragicómico representadas aún en México durante las
festividades navideñas. La acción de todas ellas muestra las tentaciones
impuestas por una serie de diablos cómicos, que deben ser superadas por los
pastores en el camino hacia el portal de Belén para adorar al Niño Dios. Estas
obras son un símbolo del camino de la vida que tiene como meta la contemplación
de Dios. En general la producción latinoamericana hasta la emancipación, a
principios del Siglo XIX, estuvo influida en gran medida por el Teatro español.
A partir de finales de ese mismo siglo tal
influencia se vio acrecentada especialmente por autores como Leandro Fernández
de Moratín, José Zorrilla y José Echegaray, cuya influencia, junto con la de
Jacinto Benavente, avalados ambos por el Premio Nobel, definió un modelo de
teatro bastante antiguo en su concepción para ese momento. En el Siglo XX, con
la llegada de las vanguardias europeas, ese teatro latinoamericano comenzó a
ocuparse de su realidad particular y a buscar sus propias técnicas de
expresión. El advenimiento de las teorías de Bertolt Brecht encontró un buen
campo de cultivo en Latinoamérica, aquejada por problemas políticos y con la
necesidad de concienciar a su población. De aquí han surgido teóricos y
dramaturgos importantes, como el colombiano Enrique Buenaventuray su trabajo en
el TEC (Teatro Experimental de Cali), o Augusto Boal, en Brasil, quien ha
desarrollado técnicas de teatro callejero y para obreros en su libro Teatro del
oprimido (1975).
Grupos como Rajatabla y La Candelaria se han
preocupado por hacer del teatro un instrumento de discusión de la realidad
social sin dejar a un lado el aspecto espectacular y estético del mismo.
Principales Centros Teatrales
en Hispanoamérica:
Los países cuya trayectoria teatral es más rica, no tanto desde el punto
de vista de los textos literarios, aspecto en el cual existe una amplia
representación a lo largo de toda la geografía latinoamericana, sino por
cuestiones de puesta en escena, dirección, interpretación y demás elementos
asociados al teatro como un arte escénico, son: México, Argentina, Uruguay,
Chile, Perú, Colombia, Venezuela y Cuba.
México A partir de la época colonial, el teatro se basó completamente en los
modelos europeos. A finales del siglo XVII, destacó en México Sor Juana Inés de
la Cruz, autora de Los empeños de una
casa, comedia de enredo con influencia de Calderón de la Barca, cuya acción
transcurre en Madrid y con personajes típicos de las comedias de la época; Amor
es más laberinto, en la cual recurre a personajes de la Mitología griega, y El cetro de José y El Divino Narciso (1688), autos sacramentales en los cuales
intervienen personajes mexicanos.Fue en 1928, con la formación del grupo teatral Ulises, cuando se inició
un movimiento de vanguardia y renovación teatral encabezado por Xavier
Villaurrutia y Salvador Novo, quienes, junto con Rodolfo Usigli, se dedicaron a
la traducción de obras de importantes autores contemporáneos como HenrikIbsen,
August Strindberg, Luigi Pirandello, Henri Lenormand, Bernard Shaw, Antón
Chéjov, Eugene O'Neill y otros muchos.
De los trabajos de Villaurrutia, Novo y Usigli surgió más tarde el teatro
universitario y la carrera de Literatura Dramática y Teatro de la facultad de
Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. Los tres,
junto con Celestino Gorostiza, formaron importantes generaciones de actores,
directores y dramaturgos y gracias a ellos el teatro mexicano comenzó a
adquirir personalidad y a tratar problemas propios tomando como punto de
partida la realidad del espectador a quien va dirigido. El primer gran
dramaturgo mexicano es, sin lugar a dudas, Rodolfo Usigli, autor de una gran
producción rica en matices. Entre sus obras destacan: El gesticulador (1937), Corona
de sombras (1943), Corona de fuego
(1960), Corona de luz (1963) y Los viejos (1970).
Son importantes también los nombres de Óscar Villegas, hábil autor cuyas
obras poseen una fuerza dramática impresionante; Willebaldo López, Pilar
Campesino, Hugo Iriart, Jesús González Dávila, Óscar Liera, Juan Tovar, Víctor
Hugo Rascón Banda, Sabina Berman y, recientemente, Hugo Salcedo, ganador en
1989 del Premio Tirso de Molina por El
viaje de los cantores. Cada año se celebran en México dos importantes
festivales artísticos internacionales en los cuales el teatro tiene un papel
preponderante, el Festival Cervantino de
Guanajuato y el Festival de la Ciudad
de México.
Argentina Como en el resto de los países latinoamericanos, el teatro Argentino
acusó una gran dependencia del teatro europeo (español, italiano y francés)
hasta finales del Siglo XIX. En 1886, el Circo
de los hermanos Carlo encargó a Eduardo Gutiérrez la adaptación de su
novela Juan Moreira (1879) para ser
presentada como espectáculo ecuestre-gauchesco-circense. Las obras del ciclo
gauchesco sitúan su acción en La Pampa y tratan de los abusos e injusticias
sufridos por los gauchos, la defensa de valores sociales y los conflictos con
las autoridades debidos a la desigualdad social.
El realismo se estableció con Florencio Sánchez, que, aunque nacido en
Uruguay, ganó su prestigio internacional en Argentina con obras como Barranca
abajo (1905). En contraposición con el realismo se sitúa el teatro de Conrado
Nalé Roxlo con comedias como El pacto de
Cristina (1943) o La cola de la sirena (1944), dramas de vuelo poético y
más cercanos al simbolismo.Durante la década de 1930 se formó el Teatro del Pueblo, grupo teatral
que mostró gran interés por la experimentación y la búsqueda de nuevas técnicas
escénicas que dejaron a un lado el teatro de autor para centrarse en la figura
del director. Esto tuvo como consecuencia la formación de un nuevo público, más
intelectual y menos popular, interesado por la renovación vanguardista.
El régimen militar y su censura dieron paso a obras grotescas y
simbólicas alusivas a la situación social; a este ciclo pertenecen La nona (1977), de Roberto Cosa, y Telarañas (1977), de Pavlovski. Otros
esfuerzos de protesta contra el régimen fueron los realizados por el Teatro Abierto,
fundado en 1981, dedicado a representar obras de autores reconocidos y de
jóvenes valores, entre los que destaca Eugenio Griffero con El príncipe azul (1982), que trata sobre
los roles sociales rígidos que llevan a la traición de los más auténticos y
vivos sentimientos. Con el restablecimiento de la democracia, la fórmula
teatral imperante perdió su sentido y la escena volvió a ser ocupada por los
autores ya consagrados, como Gambaro, La
mala sangre (1982); Pavlovski, con Potestad
(1985), y Roberto Cosa con Los
compadritos.
Uruguay Durante las décadas de 1970 y 1980 destacó la actividad de El Galpón, grupo que se caracterizaba
por el cuidadoso trabajo de dirección y la preparación de actores. Al
desintegrarse, a mediados de 1980, varios de sus miembros afincados en México
fundaron Contigo América, dirigidos por Blas Braidot.El régimen militar instaurado a partir de 1973 lanzó al exilio a los
dramaturgos más importantes comprometidos con la situación político-social. Tal
situación paralizó casi completamente la actividad teatral del país.
Durante la representación los espectadores se situaban en butacas
apoyadas en los muros, de tal manera que ninguno poseía el mismo punto de
visión, lo cual daba la impresión de estar asistiendo como espectador accidental
a la actividad cotidiana de los personajes. Las dictaduras militares han
afectado de diversos modos a la producción teatral en Sudamérica: en algunas
ocasiones la han hecho desaparecer; sin embargo, en otras, su censura ha
estimulado la búsqueda de nuevos recursos dramáticos y escénicos.
Chile Dentro del panorama teatral chileno destacan Egon Wolf con su obra Los invasores (1964), que, escrita bajo
la concepción del teatro del absurdo, resulta ser una violenta farsa en la cual
enfrenta a representantes de la clase burguesa con la 'turba de desarrapados',
carente incluso de los recursos más elementales, que invaden sus casas. Otro de
los autores consagrados es Jorge Díaz, cuyas obras más importantes son El cepillo de dientes (1960) y Réquiem por un girasol (1961).
Perú Es importante resaltar el trabajo del dramaturgo Sebastián Salazar Bondy
(1924-1965) con El fabricante de deudas
(1962) y Rabdomante (1965). En todas
ellas aborda temas de la realidad social de su país en tono de farsa y basado
en técnicas brechtianas.
Colombia Es uno de los países donde la actividad teatral a nivel de propuestas escénicas de creación colectiva se ha desarrollado con más fuerza. Destacan los trabajos experimentales de Enrique Buenaventura (La tragedia de Henri Christophe, 1963) a la cabeza del Teatro experimental de Cali (TEC). Otros grupos importantes son La Candelaria y El Búho. Tiene gran importancia a nivel internacional el Festival Teatral de Manizales.
Venezuela En este país destaca la actividad del grupo Rajatabla, así como la labor del autor Román Chalbaud; su obra Los adolescentes (1961) es ganadora del Premio Ateneo de Caracas; también destacan Caín adolescente (1955), Réquiem para un eclipse (1957) y Sagrado y obsceno (1961), que constituyen todas ellas una crítica contundente a la realidad sociopolítica venezolana.Isaac Chocrón es uno de los renovadores del teatro venezolano con obras como Mónica y el florentino (1959), Animales feroces (1963) y La revolución (1972).
Cuba En Cuba destaca la labor de Virgilio Piñera, que con Electra Garrigó (1948) se convirtió en el autor más importante de su país. A estas siguieron varias obras grotescas, a la manera del teatro del absurdo, estilo que dominó toda su primera producción y que abandonó más tarde para lograr un realismo profundo y conmovedor a la manera de Chéjov con Aire frío (1959).El gran logro del teatro latinoamericano puede ser sintetizado en la superación de las influencias culturales a las que se ha visto expuesto constantemente, pero, sobre todo, a la adecuación con su realidad social, para cuya transformación ha sido instrumento puntual y constante.
Observa el siguiente video que explica los elementos del Género Dramático:
Socializa en clase con tus compañeros las interpretaciones de la información suministrada.